Monólogo de una llamada


«En las noches hablo contigo y me escucha la pared»

Hola. No sé ni cómo comenzar. Disculpa por marcarte a estas horas de la noche, sé que nuestros caminos son distintos, pero hoy tuve la imperiosa necesidad de saber si te encontrabas bien…

Del otro lado del teléfono se escuchó:

– Tu… (silencio) tu…

No… no digas nada. Sólo escúchame.

Un segundo bastó para que tomaras la decisión, tu exilio no me sentó nada bien, abrazaba recuerdos al por mayor, mientras lágrimas brotaban de mi rostro cada noche. Sé que no tendrías por qué saberlo, pero compartirlo me hace bien.

– Tu…

Hoy quiero decirte que mis caricias recorren su espalda, pero aún siento ese dolor en el alma. Mis besos devoran sus labios, pero en sueños, ellos te siguen buscando.
Mis labios pronuncian tu nombre, porque mi corazón por él ya no late. Mis manos envuelven las suyas, desearía mil veces que fueran las tuyas.

– Tu…

No te quito mucho tiempo. Sé que estoy haciendo mal pero, por favor… ¡Déjame continuar!

La nostalgia recurrente me mantiene en vela y, dando vueltas en la cama, en ese lecho que te reclama mientras su frialdad a mí me hunde, me vuelve loca. Lo sé, lo hablamos tantas veces, pero no me acostumbro a estar sin ti.

Me voy.

Recuerda que aún te quiero, por si no lo habías notado. Que tengas dulces sueños y perdón por molestar.

———————————————————————————————————————–
Dos minutos antes.

El número que usted marcó no se encuentra disponible, por favor, llame más tarde. Gracias.

Tu… tu… tu… tu… tu… tu… tu… tu…

Hola. No sé ni cómo comenzar. Disculpa por………..

Tu… tu… tu… tu… tu…

16 respuestas to “Monólogo de una llamada”

  1. U_U
    diantres… maldito orgullo q cuando por fin nos hace valientes no tomamos la precaución de saber si al menos nos estan escuchando, si al menos nuestras palabras y sentimientos tuvieron un receptor
    T_T
    magnifico como siempre!!
    besos

Deja un comentario